El Imperio incaico o inca fue un estado sudamericano con el dominio más extenso en la historia de la América precolombina.2 Al territorio del mismo se denominó Tahuantinsuyo (del quechua tawantin suyu, «las cuatro regiones o divisiones») y al periodo de su dominio se le conoce además como incanato y/o incario. Floreció en la zona andina del subcontinente entre los siglos XV y XVI, como consecuencia del apogeo de la civilización incaica.[cita requerida] Abarcó cerca de 2 millones de kilómetros cuadrados entre el océano Pacífico y la selva amazónica, desde las cercanías de Ipiales (Colombia) en el norte hasta algún lugar entre el río Maipo, río Cachapoal y el río Maule (Chile) por el sur.
Los orígenes del imperio se remontan a la victoria de las etnias cuzqueñas (Región Sur del actual Perú), lideradas por Pachacútec, frente a la confederación de estados chancas en 1438. Luego de la victoria, el curacazgo incaico
fue reorganizado por Pachacútec, con quien el Imperio incaico inició
una etapa de continua expansión, que prosiguió con su hermano Cápac
Yupanqui, luego por parte del décimo inca Túpac Yupanqui, y finalmente del undécimo inca Huayna Cápac,
quien consolidó los territorios. En esta etapa la civilización incaica
logró la máxima expansión de su cultura, tecnología y ciencia,
desarrollando los conocimientos propios y los de la región andina, así
como asimilando los de otros estados conquistados.
Luego de este periodo de apogeo el imperio entró en declive por
diversos problemas, siendo el principal la confrontación por el trono
entre los hijos de Huayna Cápac: los hermanos Huáscar y Atahualpa, que derivó incluso en una guerra civil. Entre los incas la viruela acabó con el monarca Huayna Capac, provocó la guerra civil previa a la aparición hispana y causó un desastre demográfico en el Tahuantinsuyo,
que antes de la llegada de los españoles contaba con 14 millones de
habitantes, mientras hacia el siglo XVIII contaba con apenas 1,5
millones. Finalmente Atahualpa vencería en 1532. Sin embargo su ascenso al poder coincidió con el arribo de las tropas españolas al mando de Francisco Pizarro, que capturaron al inca y luego lo ejecutaron. Con la muerte de Atahualpa en 1533 culminó el Imperio incaico. Sin embargo, varios incas rebeldes, conocidos como los «Incas de Vilcabamba», se rebelaron contra los españoles hasta 1572, cuando fue capturado y decapitado el último de ellos: Túpac Amaru I.
El Imperio incaico abarcó los actuales territorios correspondientes al extremo suroccidental de Colombia en la frontera, pasando por Ecuador, principalmente por Perú, el oeste de Bolivia, la mitad norte de Chile y el norte, noroeste y oeste de Argentina. El imperio estuvo subdividido en cuatro suyos: el Chinchaysuyo (Chinchay Suyu) al norte, el Collasuyo (Qulla Suyu) al sur, el Antisuyo (Anti Suyu) al este y Contisuyo (Kunti Suyu) al oeste. La capital del imperio fue la ciudad de Cuzco, en el actual Perú.
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